Aprender a ir al baño es un hito crucial en el desarrollo de tu guagua. Y es que no solo marca un antes y un después para toda la familia, sino que además es un paso que le ayuda a tu bebé a sentirse más independiente y seguro de sí mismo. Sin embargo, enseñar a tu hijo a ir al baño puede ser un desafío. Si este es tu caso, no estás sola; muchas familias se enfrentan a este reto.
Por esta razón, en el siguiente artículo analizamos este proceso de aprendizaje y te ofrecemos algunos consejos prácticos para que acompañes a tu bebé en esta etapa. Para ello, te ayudaremos a entender las señales que indican que está listo y cómo abordar los desafíos más comunes.
¿Cuándo deben empezar a aprender a ir al baño?
Como padres, es normal preguntarse cuándo es el momento adecuado para enseñar a nuestro pequeño a ir al baño. Pero lo cierto es que no hay una respuesta exacta, ya que cada niño es diferente y se desarrolla a su propio ritmo. Sin embargo, la mayoría de los expertos coinciden en que la edad promedio para aprender a ir al baño se sitúa entre los 18 meses y los 3 años.
Aunque el rango puede parecer amplio y poco específico, existen algunas señales que pueden ayudarte a identificar si tu pequeño está listo. A continuación, recogemos los signos más habituales que indican que tu bebé puede estar preparado par aprender a ir al baño:
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Interés en el baño: muestra curiosidad cuando ve a otros usar el baño e intenta imitar a los adultos o hermanos mayores.
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Regularidad en los horarios: tiene horarios regulares para hacer sus necesidades, lo que facilita predecir cuándo necesita ir al baño.
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Incomodidad con el pañal sucio: cuando tiene el pañal sucio o mojado, se muestra incómodo.
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Permanece seco por más tiempo: los intervalos en los que el pañal está seco son cada vez más largos.
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Capacidad para sacarse y ponerse ropa: puede bajarse y subirse los pantalones por sí mismo o con mínima ayuda.
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Habilidad para seguir instrucciones simples: puede entender y seguir instrucciones básicas, como "siéntate en la pelela".
Si crees que tu guagua puede estar lista, pero no estás segura, prestar atención a estas señales puede ayudarte a determinar que ha llegado el momento. No obstante, ten en cuenta que no solo depende de tu pequeño, ya que ustedes también deberán sentirse preparados. Y es que este proceso requerirá paciencia y dedicación de tu parte.
Aprender a ir al baño: ¿cómo enseñar a tu hijo?
Como en el resto de etapas de aprendizaje que vives con tu guagua, lo más normal es que no sea perfecto y que haya más de un contratiempo. Sin embargo, contar con algunas herramientas puede ayudarte a gestionar mejor la situación y facilitar el proceso para ambos. Aquí te presentamos algunos consejos prácticos que pueden serte muy útiles en esta etapa de aprender a ir al baño.
1. Mi hijo no quiere ir al baño. A veces a los niños les da miedo ir al baño. Aunque suene raro, si se piensa bien, la taza del baño desde su punto de vista es muy diferente en relación a un adulto. Los sentidos de los niños son muy sensibles, y la taza del baño es un elemento que hace mucho ruido, que al sentarse generalmente está fría y que definitivamente es muy grande para su tamaño. Desde su perspectiva, se vuelve naturalmente un lugar donde no es agradable sentarse.
En este escenario, puedes ayudarlo a acostumbrarse a su pelela o adaptador. Empieza procurando que sienta que es su propio espacio, su asiento personal. Puedes escribir su nombre en él o ayudarlo a personalizarlo con sus stickers favoritos.
Por otra parte, a veces los niños todavía quieren usar los pañales un tiempo más, y se resisten a ir al baño para comunicar esto. Recuerda que forzarlo puede ser contraproducente.
Si, por el contrario, tu hijo muestra señales de que está listo para hacer el cambio, pero de alguna manera se sigue resistiendo, quizás pueda estar nervioso o preocupado. Los niños, en general, pueden desequilibrarse y no saber cómo actuar ante los cambios importantes —como un nuevo hermano, empezar un nuevo colegio, o cambiarse de casa—. En estos casos, antes de insistir con que deje los pañales es muy importante permitir que se adapte a su nuevo contexto y rutina.
2. Mi hijo se niega o se enoja cuando le propongo ir al baño. Hay una etapa en que los niños descubren el “no”. Todos los padres la conocen bien. Tu guagua puede empezar a negarse a muchas rutinas o actividades, no solo a ir al baño. Puede ser irse a acostar o bañarse, por ejemplo. Lo mejor que puedes hacer es hacerlo sentir que tiene autonomía. En este caso, puedes poner en práctica alguno de los consejos que te presentamos a continuación:
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Evita la insistencia. Cuando temes que algo pueda pasarle es difícil no estar encima, pero estar todo el tiempo recordándole las cosas puede abrumarlo y acrecentar sus “no”. En vez de repetirle permanentemente que si quiere ir al baño o que tiene que ir, opta por dar el ejemplo y háblale con hechos, como poniendo la pelela en algún lugar que le acomode o que tenga a la vista.
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Dale espacio. Obligarlo a veces puede ser peor, como dejarlo sentado en su sillita o adaptador mucho rato. Permítele que se mueva, que se pare y vuelva si lo necesita. Es cierto que si se hiper activa yendo y viniendo siempre puede ocurrir algún “accidente”, pero así aprenderá a escuchar sus propias necesidades y a sentarse e ir al baño cuando lo necesite.
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Ten paciencia. Como ocurre con la insistencia, tu guagua puede también sentir ansiedad si estás todo el tiempo puntualizando los accidentes que tiene o exagerando sus equivocaciones. A pesar de que no es nada fácil conservar siempre la serenidad, intenta mantener la tranquilidad, tanto por ti como por tu hijo, aunque tengas que hacer algunas modificaciones en tu casa para que se pueda mover más libremente, como guardar ciertos objetos, sacar tu alfombra favorita o poner obstáculos que lo protejan.
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Premia su buen comportamiento. Alienta a tu hijo y reconoce sus esfuerzos y logros. Sin embargo, si haces un festejo excesivo cada vez que tu hijo va al baño, esto puede producir que se vuelva intranquilo o se ponga más nervioso. Tratar de encontrar la armonía en tus reacciones es la clave.
De hecho, si ves que tu hijo empieza a ir al baño regularmente y a encontrar su propia rutina, felicítalo no exclusivamente en los momentos en que vaya al baño. Trata de destacar a lo largo del día, por ejemplo, que su ropa interior está seca. Así tu hijo ganará confianza.
3. Mi hijo hace pipí en el baño pero no popó. Hay muchos niños que sin problema empiezan a usar su pelela, adaptador o sillita para hacer pipí, pero que a la hora de hacer popó rechazan ir al baño. Hay varias razones para que esto les pase, entre ellas el temor a ensuciarse. También, las malas experiencias, como haberse hecho popó en los pantalones en algún lugar público o en el jardín, o que le haya pasado a algún amiguito, pueden influenciarlo.
En este sentido, puede que tengas que ayudarlo a hacer popó y después celebrar o alentarlo hasta que supere su miedo.
Anotar las veces que tu hijo va al baño es algo que puede ayudarte. Por ejemplo, fijarte si hace popó después de la siesta o media hora después de comer. Llevando la cuenta podrás ayudarlo a disponer de su sillita o pelela cuando llegue la hora, y podrás pedirle a quienes lo cuidan fuera de la casa, en el jardín por ejemplo, que también lo ayuden.
También puedes encontrar soluciones alternativas. Por ejemplo, si tu guagua no logra adaptarse a ir al baño o está muy ansiosa con el tema, puedes proponerle ponerle un pañal cuando llegue el momento. No lo dejes al margen del proceso y explícale lo natural que es ir al baño, lo bien que le hace y cómo funciona su cuerpo.
4. Mi hijo sufre estreñimiento. Si tu hijo se rehúsa a usar la pelela o WC para hacer popó también puede que esté estreñido. Cuando sufrimos estreñimiento, en general sentimos dolor cuando tratamos de ir al baño, además de molestias permanentes. Si esto le ocurriera, es natural que se resista a ir al baño y que se aguante. Aguantarse aumenta el estreñimiento y produce más dolor, y por tanto, más rechazo a ir a hacer popó.
Si notaras que tu hijo tiene estreñimiento, algo muy importante para ayudarlo es incorporar más fibra en su dieta. Dependiendo de las calorías consumidas a diario, variará la cantidad de fibra que necesita. De los 1 a los 3 años los niños necesitan 19 gramos de fibra aproximadamente.
Los cereales son una buena opción para incorporar más fibra a su dieta. También considera la posibilidad de aumentar la cantidad de verduras y frutas. Sin embargo, ten cuidado de no darle demasiados productos lácteos, ya que pueden empeorar el estreñimiento. También es fundamental que tome líquidos, como agua o jugo de frutas diluidas.
Además, hacer ejercicio suele mejorar el estreñimiento. Si después de un tiempo nada de esto te resulta, siempre consulta al pediatra.
5. Mi hijo se resiste a usar el baño fuera de casa. Que vaya al baño en el jardín o en el colegio a veces puede convertirse en un problema. Averigua primero sobre la rutina que tienen para ir al baño. Algunas formas pueden confundir a tu guagua. Por ejemplo, quizás tu hijo prefiere la privacidad para ir al baño, mientras que sus profesores llevan a los niños al baño en grupo, lo que lo hace sentir incómodo. Siempre puedes hablar con sus profesores para encontrar una solución alternativa que lo ayude. También puede ser que el problema sea la adaptación de la pelela o adaptador de la casa al del colegio o jardín. Siempre puedes comprar otra sillita para dejarla en el jardín.
6. ¿Qué pasa si cuando ya aprendió a ir al baño vuelve a tener miedo o percances? Ya hablamos sobre el desequilibrio que a veces pueden producir los cambios en los niños. Empezar una actividad nueva o dejar su cuna de bebé pueden desestabilizarlo y hacer que quiera volver a lo que ya conoce. Cuando tu hijo aprende a ir al baño, lo conocido son los pañales.
Si estás en esta situación, intenta no culparlo o hacer que se sienta mal o con vergüenza cuando se equivoque o tenga algún percance. Además, se desaconseja que lo presiones para que aprenda a ir al baño si realmente no quiere. Una vez más, ayúdalo a sentir que crece, que le das espacio y que puede por sí mismo.
Siempre puedes conversar con tu hijo sobre el tema en algún momento en que ambos estén tranquilos, y explicarle cómo va creciendo y lo importante que son los avances que ha logrado para convertirse en un niño grande. Hay algunas ideas para estimularlo cuando esté aprendiendo de nuevo que pueden ser de gran ayuda: puedes premiarlo cuando logre mantener su ropa seca durante todo el día o sumar un sticker que le guste al calendario cada vez que vaya al baño.
¿Cuánto tiempo se demoran en aprender a ir al baño?
Este es otro punto que, como madre o padre, es normal que te cuestiones. Sin embargo, es difícil predecirlo con exactitud, ya que el periodo puede variar desde unos pocos meses hasta cerca de un año. Para hacer que aprender a ir al baño sea más llevadero, te aconsejamos que pongas más atención en cómo crear un entorno que facilite el proceso, tanto para ti como para él, en vez de preocuparte por el tiempo que tomará.
Si bien en algún momento puede parecer que a tu bebé le cuesta más que a otros o que no es constante en su aprendizaje, recuerda que cada niño es único. Es cierto que compartir tu experiencia con otros padres puede ser enriquecedor, pero intenta evitar las comparaciones. Lo más importante es que confíes en que tu bebé puede aprender a ir al baño y que le transmitas esa seguridad y tranquilidad. Y es que apoyarlo es la mejor forma de impulsarlo en cada paso que da.
FAQs
¿Cómo saber que tu hijo está listo para aprender a ir al baño?
Algunas señales que indican que tu hijo está listo para aprender a ir al baño incluyen interés en el baño, regularidad en los horarios de hacer sus necesidades, incomodidad con el pañal sucio, capacidad para quitarse y ponerse ropa, y habilidad para seguir instrucciones simples como "siéntate en la bacinica”.
¿Cuál es la edad máxima para dejar el pañal?
Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo y no hay una edad máxima establecida para dejar el pañal. Sin embargo, la mayoría suele estar preparada entre los 18 meses y los 3 años.
¿Qué debo hacer si mi hijo no quiere ir al baño?
Si tu hijo no quiere ir al baño, es importante mantener la calma y no presionarlo. Puedes intentar ofrecerle incentivos positivos, crear un ambiente cómodo y seguir observando las señales de preparación.