Desde el momento en que un bebé nace y a lo largo de los primeros años de vida, la familia constituye el entorno más influyente en su desarrollo cognitivo, emocional, psicosocial y personal. De hecho, durante los primeros meses, el núcleo familiar cubre todas sus necesidades para que el bebé pueda desarrollar sus funciones psicocognitivas. Estas necesidades básicas no se limitan solo al alimento y la seguridad. Por ejemplo, el contacto afectivo es fundamental para establecer las bases de las respuestas empáticas individuales.
Por este motivo, si tomamos consciencia del ambiente que rodea al bebé, será más fácil crear espacios que promuevan su crecimiento y bienestar en todas las áreas de su desarrollo. Un entorno seguro, amoroso y estimulante no solo favorece el desarrollo físico, sino también el emocional y social. En este artículo, exploraremos cómo diferentes aspectos del ambiente influyen en la crianza del bebé y, en consecuencia, en su desarrollo.
¿Cómo influye el ambiente en la crianza?
Las experiencias de los primeros meses de vida tienen un impacto profundo en el crecimiento del bebé, ya que en este periodo desarrolla sus habilidades motoras, sociales y emocionales. De ahí que sea esencial crear un entorno seguro y estimulante, en el que no falten el contacto afectivo y la interacción, para asentar las bases de un desarrollo integral y equilibrado.
Y es que en esta etapa se crea el primer vínculo, la primera forma de relación del bebé, y con ello se desarrolla el apego seguro, que es la necesidad de cercanía que requerimos las personas para poder regular nuestras necesidades biológicas y emocionales.
Por este motivo, en este momento de adaptación a la llegada del bebé, tomar conciencia de cómo el entorno influye en diversos aspectos del desarrollo, puede ayudarte a crear un ambiente propicio para su crecimiento.
El vínculo familiar
El entorno familiar es el primer ambiente y el más influyente en los primeros años de vida. Desde el momento en que llega al mundo, el bebé busca establecer vínculos, y el primero será con sus padres. Por este motivo, el contacto afectivo que los padres brindan es fundamental para su bienestar y desarrollo. Y es que este vínculo inicial va más allá de simples muestras de afecto, ya que constituye la base sobre la que construirán habilidades sociales como la empatía.
Sin embargo, es importante entender que el vínculo no se limita solo a la relación entre los padres y el bebé. La calidad de las relaciones entre todos los miembros de la familia también juega un papel crucial. Un clima familiar caracterizado por el amor, la comprensión y el apoyo mutuo proporciona al bebé un entorno seguro y acogedor en el que puede crecer y prosperar. Esta seguridad es la semilla en la que construirá su confianza, autoestima y determinación.
El entorno físico
Los bebés son curiosos por naturaleza y esto es una buena señal. Sin embargo, como padres, hay que crear un espacio seguro donde pueda saciar su curiosidad. Para que pueda explorar su entorno de forma adecuada, ten en cuenta los siguientes puntos:
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Enchufes: coloca cubiertas de seguridad para evitar que meta los dedos.
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Muebles y electrodomésticos: fija los muebles pesados, como estanterías y televisores, a la pared para evitar que se vuelquen.
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Cajones y armarios: utiliza cierres de seguridad en los cajones y armarios que contengan objetos peligrosos, como utensilios de cocina, productos de limpieza o medicamentos.
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Esquinas y bordes: coloca protectores de goma en las esquinas y bordes afilados de los muebles para evitar lesiones en caso de que el bebé se golpee.
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Áreas resbaladizas: emplea tapetes antideslizantes en el baño y en otras áreas con suelos resbaladizos para prevenir caídas.
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Ventanas: instala rejas o bloqueadores en las ventanas para evitar que el bebé pueda abrirlas y asomarse.
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Cables: mantén los cables de electrodomésticos y dispositivos electrónicos bien recogidos y fuera del alcance del bebé.
Además, otros aspectos del entorno físico, como la luz natural y una buena ventilación, son importantes. La exposición a la luz natural durante el día ayuda a regular su ritmo circadiano, promoviendo un ciclo saludable de sueño y vigilia. Sin embargo, durante la noche, es crucial crear un espacio que infunda relajación y ayude al bebé a conseguir un sueño reparador. Esto puede incluir mantener una temperatura ambiente confortable, usar luces tenues y crear una rutina relajante antes de acostarse. Un ambiente tranquilo y sereno ayuda al bebé a sentirse seguro y cómodo, lo que facilita la transición al sueño y promueve un descanso óptimo.
Por otro lado, un ambiente bien ventilado ayuda a prevenir la acumulación de contaminantes y alergenos en el aire, lo que puede reducir el riesgo de problemas respiratorios y mejorar la calidad del sueño del bebé.
El ambiente emocional
En el desarrollo emocional del bebé, los momentos de intimidad, como el contacto piel con piel durante la lactancia, el arrullo antes de dormir o los abrazos y caricias, le transmiten el mensaje de seguridad y amor.
Además, establecer rutinas diarias predecibles refuerza este sentimiento de seguridad. En esta línea, en un cierto punto, los horarios regulares para comer, dormir y jugar crean una estructura que el bebé puede anticipar, lo que le brinda tranquilidad y confianza en su entorno. Estos sentimientos son esenciales para impulsar un desarrollo emocional saludable.
Un ambiente respetuoso y positivo
Los primeros meses pueden ser un gran desafío para los padres, ya que se enfrentan a muchos cambios y, además, como madre, estás en un proceso adaptativo tanto físico como psicohormonal. En este contexto, la formación del apego con el bebé resultará mucho más fácil si cuentas con el apoyo necesario para compartir las responsabilidades familiares.
Para conseguir el apoyo que necesitas, es necesario impulsar una comunicación abierta y alimentar la confianza entre los miembros de la familia. De esta forma, será más fácil mantener una actitud positiva, lo que te permitirá enfrentar los desafíos con mayor resiliencia. Es importante recordar que el bienestar de los padres, su salud mental y emocional, repercute de forma directa en el bienestar del bebé.
En esta línea, no olvides a tu red de apoyo. Tanto si dispones de un amplio entorno como de un entorno más reducido, no dudes en apoyarte en parientes y amigos siempre que lo necesites. El apoyo externo puede aliviar la carga y proporcionar el tiempo necesario para adaptarse a al nuevo rol de forma progresiva.
Estimulación y desarrollo cognitivo
Desde el momento en que nace, el bebé comienza un viaje de descubrimiento y desarrollo tanto físico como cognitivo. Por este motivo, con el fin de impulsar su desarrollo cognitivo, es esencial proporcionarle un entorno que fomente su curiosidad y estimule sus funciones motoras.
En esta línea, es conveniente crear espacios seguros equipados con estímulos que capten su atención y sirvan para promover sus habilidades motoras gruesas y finas, como, por ejemplo:
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Sonajeros y mordedores de diferentes texturas y sonidos: captarán su atención y son perfectos para mejorar la fuerza y la coordinación de las manos.
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Juguetes con botones o palancas: ayudan a mejorar la precisión y la coordinación de los dedos.
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Bloques apilables de diferentes tamaños: mejoran la coordinación mano-ojo.
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Juguetes de encaje: permiten a los bebés practicar la manipulación precisa y la coordinación.
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Libros de tela o goma con texturas: son excelentes para desarrollar las habilidades motoras finas y estimular el sentido táctil.
Además, se recomienda la estimulación del lenguaje desde una edad temprana. Hablarle y leerle al bebé no solo fortalecerá el vínculo, sino que también tiene un impacto positivo en su desarrollo lingüístico y cognitivo. Esta exposición temprana al lenguaje será clave para que pueda comprender y comunicarse con mayor facilidad a medida que crece.
El ambiente como pilar de la crianza
Es cierto que, en ocasiones, considerar todos los aspectos necesarios para establecer un ambiente de crianza amoroso, seguro y estimulante puede resultar abrumador. Sin embargo, si se lo ves como una oportunidad para tomar conciencia e introducir hábitos y dinámicas enriquecedoras, puede ser beneficioso para toda la familia.
Y es que al crear un ambiente de crianza amoroso, seguro y estimulante, los padres no solo están contribuyendo al desarrollo saludable del bebé, sino que también están sentando las bases para el bienestar y la armonía de toda la familia. De hecho, fortalece los lazos familiares y fomenta un ambiente de apoyo mutuo. De esta manera, se construye un hogar donde todos los miembros pueden crecer, aprender y florecer juntos.
FAQs
¿Cómo influye el entorno familiar en el desarrollo de un niño?
El entorno familiar influye en el desarrollo de un bebé, ya que le proporciona el contexto principal para su crianza, lo que afecta a su bienestar emocional, social y cognitivo.
¿Qué aprendizaje reciben los hijos en el entorno familiar?
Los hijos aprenden en el entorno familiar valores, normas sociales, habilidades de comunicación, resolución de conflictos y comportamientos basados en la observación y la interacción con sus padres y familiares.
¿Cómo influye el entorno familiar en la formación de habilidades de convivencia en niños en edad temprana?
El entorno familiar influye en la formación de habilidades de convivencia en niños en edad temprana al proporcionarles modelos de comportamiento, oportunidades para la práctica de habilidades sociales y un ambiente donde se fomenta la empatía, el respeto y la colaboración.
Enlaces a fuentes de información y recursos relevantes
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